Los robots humanoides más modernos hasta la fecha parece ser una realidad gracias a un equipo de investigadores de la Universidad de Tokio. El equipo describe, en un artículo publicado en la revista Science Robotics, cómo se ha llevado a cabo la labor de fabricación de estos robots con el objetivo de parecerse, lo más posible, a la figura de un humano.

Kenshiro y Kengoro, que son los nombres con los que se ha bautizado a estos aparatos, son humanoides porque tienen como propósito imitar las habilidades que tenemos los humanos, a diferencia de otros que están diseñados para la realización de una sola tarea concreta.

Para conseguir esta meta, los investigadores de la Universidad de Tokio han dotado a los robots de cajas torácicas, articulaciones giratorias y columna vertebral completa. Lo sorprendente de todo esto es que han conseguido obtener un resultado que se acerca, con bastante exactitud, a nuestros movimientos.

Kengoro, que se muestra en la imagen adjuntada, es el más realista y avanzado de los dos, pues se trata del humanoide más reciente construido por el equipo de investigadores ya mencionado. Entre sus funciones, se encuentra la realización de todo tipo de ejercicios, desde flexiones hasta estiramientos, pasando por golpear una pelota de bádminton y curvarse hacia detrás.

«El grado de libertad de movimiento de Kengoro es seis veces mayor que el de otros humanoides», aclaran los investigadores.

Como dato curioso, Kengoro no solo realiza todas esas actividades, sino que además es capaz de sudar, hasta cierto punto, como muestra del esfuerzo al que tiene que someterse una persona cuando hace ejercicio. El humanoide puede calentarse, pero tiene instalados tubos de agua para que no se produzca un sobrecalentamiento. Así, una parte de ese calor se disipa y ventila vapor a través de unos pequeños orificios que lleva incorporado en su esqueleto de aluminio.

Según palabras de los investigadores, el grado de libertad de movimiento de Kengoro es seis veces mayor que el de otros humanoides, y tiene más partes con acceso a movimiento similar al de un humano que cualquier otro. Por poner un ejemplo, es capaz de girar la cabeza de un lado a otro.

Además, los científicos han afirmado que su esfuerzo para crear un robot lo más “humano” posible no es fruto de ningún tipo de capricho, ya que consideran que los robots que tienen esa capacidad de movimiento pueden servir para realizar pruebas únicas. Una de ellas sería la del choque automovilístico, ya que permitirían ofrecer una descripción bastante más realista de la forma en que reacciona un humano cuando sufre un accidente de tal calibre.

En el vídeo que se adjunta a continuación, subido al canal de Youtube de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS), puede verse a Kengoro en movimiento: